Aldo Roggio fue finalmente aceptado como “arrepentido” por el juez federal Claudio Bonadio en la causa por los cuadernos de las coimas.
Luego de varias jornadas de indagatoria, el magistrado homologó el acuerdo para que el poderoso empresario se convierta en imputado colaborador. Roggio quedó imputado como partícipe necesario de presunta asociación ilícita por la que los principales directivos de empresas de primera línea entregaban coimas millonarias a funcionarios del kirchnerismo.
En su caso, admitió que le pagó al ex secretario de Transporte Ricardo Jaime el 5% de los subsidios del Ferrocarril Urquiza y por la explotación del subte como sobornos.