Antonio Maroli es el papá del único tripulante cordobés del submarino perdido, nadie le había avisado que su hijo estaba en esa nave.
Tiene 88 años, su esposa está enferma, está desesperado. Le contó a Crónica TV y a NUESTRA Córdoba cómo surgió la vocación de su hijo, que dijo el día que se inscribió en la Armada Argentina.
Hace días que casi no duerme ni come, «si hace falta voy yo (a sacarlo del submarino)» dijo en el final de la entrevista.